viernes, 19 de junio de 2009

La Globalización

Oye, tú crees que la comida la regalan. Come muchacho de miércoles, tanto trabajo que cuesta conseguir las cosas y prepararlas para que no quieras comer; tus padres se rajan el lomo para que tú comas y me vienes con majaderías que no te gusta.
Ya quisieran lo niños de Etiopía poder comer la berenjena que tienes en el plato, ya quisieran ellos poder tener una abuela que les cocine, allá te voy a mandar a vivir siquiera un mes para que aprendas lo que es bueno.
(Osea que además del sentimiento de culpa por ser ingrato al trabajo de mis padres y el responsable del hambre mundial, como si con una berenjena se puede salvar de la desnutrición a todo un país, resulta que ahora para torturarme me quieres mandar al extrangero)
Come muchacho, que sólo Dios sabe donde acabarás viviendo, sabe Dios que comeran ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario