jueves, 12 de noviembre de 2009

Por acá abuela

Abuela...no.... no te preocupes, ya mi mamá vino y esta todo bien, intenté infructuosamente desalentarla de su misión al mismo tiempo que volteaba la cara por todos lados para ver si alguno de mis salvajes compañeros se había dado cuenta de la presencia de la anciana. Maldición porque no la llevan de una vez al asilo y así solo la vamos a ver solo en navidad, esta vieja me puede joder la fama ya de por si algo enclenque de joven independiente y bacan que cualquier adolescente añora tener.
Porfa.. abuelita no me hagas esto, que te he hecho, si quieres limpio la casa y saco brillo a tu dentadura... intenté el truco lastimero y la cara de pena; pero no, la vieja tenía la determinación de una generala espartano. Ya te he dicho que voy a hablar con tus profesores ¿donde esta tu mis Rocita? Carajo, eso era el colmo, si se juntaba con la mis esa que conocía a mi familia no paraban hasta avergonzarme delante de todos contando mil anécdotas de cuando era niño, que como me cagaba fuera del pañal, o comía tierra con mayonesa y peor aún como me gustaba mostrar el pito, si llegaban a eso por Dios que me suicido.
Ya está, la llevo por los salones y como todos los profes están en la cafetería no encontramos a nadie, se aburre, se cansa y se va. Ven abue, te llevo, están por acá. Así con la mejor sonrisa, producto de mi genial ocurrencia ahora paseaba con la abuela por el brazo por las aulas de primaria por donde seguro no me encontraría con nadie, salvo la Miss Rocita, atento, ese encuentro de dos momias, colegas de la momia juanita, no podía darse, por ahora lo urgente era alejarla de la zona de secundaria.

martes, 10 de noviembre de 2009

"Yo te he limpiado el poto"

Aunque suene algo estúpido, y corra el riesgo de morir apedredado por una turba de escolares enardecidos, "a mi me gustaba el colegio", en serio, la rutina de los maestros, ver a los amigos, materse de risa con cualquier estupidez, tirarse pedos en clase, eruptar como un crater apocalíptico, joder al más mongo, en fin, todas esas delicias que hacen de un colegio de varones algo entretenido.

Hasta que un día, en pleno patio, veo caminar con ese paso medio apurado y la espalda ya algo encorbada la inigualable figura de mi abuela. Corrí como alma que lleva el diablo ¿qué pasa abuelita? ¿qué haces acá? - vengo a preguntar por tus notas y ver como vas en el colegio, quiero hablar con tus profesores.

Creo que la palidez de mi rostro empezó a ser notoria, los pelos estaban encrespados, la cara rigida y tensa producto de la mueca de ojos abiertos y sonrisa cuadrada. ¿qué pasa, no puedo? si ya te limpie el poto tengo derecho a saber tus notas.

Como explicarle a esa aguerrida señora que mas parecía la madre de Pachacutec, que eso me iba a costar por lo menos una semana de ser considerado poco menos que un estúpido y tierno dibujo animado y que eso en un colegio solo de varones era altamente peligroso; prefería mil veces ser azotado por el salvaje Atila que ver a mi abuela entrar por la puerta del colegio.

martes, 25 de agosto de 2009

El ocioso trabaja doble

Corría los años de mi adolescencia, aquellos en los que la rebeldía es la forma de identificarse y decir que uno es uno y no otro (como si fuese eso tan original) Echado cual jeque árabe que tiene todo el tiempo del mundo y nada le urge, pensando en cuantas figuras puede esconder un techo o de que formas pasa la luz por la ventana, me morboseaba en esa infinita levedad del ser (es decir estaba gueveando.
Se me ocurrió que podría prender la radio sin necesidad de levantarme de la cama y caminar los insignificantes dos metros me me separaban de ella. así que no se me ocurrió mejor cosa que probar la gravedad y la física y por medio de un sutil vanboleo hacer que la cama "camine"
Ya estaba orgulloso de conseguirlo, mi ingenio y agilidad estaban dando resultado, no había duda era lo máximo y mi facilidad para hacerlas cosas de la forma más fácil tenía, una vez más éxito.
El suelo me saco de mi sueño de grandeza, la cama se había roto y yo había terminado de cabeza en el suelo con todo revuelto, bajo la vista de todos lo que acudieron al llamado golpe que se produjo. Mi orgullo estaba herido mas aún cuando manifesté el motivo de mi hazaña; la frase de la abuela fue contundente luego de la amenaza de mi padre para reparar la cama. "El ocioso trabaja doble"

miércoles, 15 de julio de 2009

Las cosas claras

Mira mi hijito, las cosas como son. "Al pan, pan y al vino, vino". NO me vengas que a ti te gusta estudiar con música porque eso no funciona. O estudias o escuchas música, no puedes hacer las dos cosas a la ves porque no haces bien ni una ni otra.
Abuela, pero todos mis amigos lo hacen, además no tiene nada de malo porque así aprendo mejor. Con estos vanos argumentos intentaba justificar una acción a leguas desordenada, pero la lógica y más la autoridad de la abuela se imponían.
No me vengas con cosas que yo no se como estudian tus amigos, además ellos no tendrán una abuela que les enseñe como yo. Si que suerte tienen ellos. Así es que suerte tienen, cuando ya no estés estudiarás como quieras pero ahora, haces lo que te digo.

jueves, 9 de julio de 2009

A leer, no hay remedio

Por esos golpes del destino, me había roto la pierna en un juego de fulbito, y lo peor es que ni siquiera me gusta mucho el fulbito, así que tenía más roto el orgullo que la pierna. Inmovilizado en la cama, con el cuerpo entero pero sin moverme, no sabía que más hacer, pareciera que ese era el peor de los castigos. La picazón en la pierna producto del yeso empezaba a desesperar y el calor del verano no era de mucha ayuda.
Son esos momentos en que lo malo de uno es uno mismo. La tv no estaba al alcance y la PC no había llegado a mi casa y menos la Internet.
Como adivinando lo que pasaba la abuela me dejó un libro "sabes que no me gusta leer abuela" mientras "Viaje al centro de la tierra" me sonreía. "Abuela, no tengo ánimo de nada, me desespera el yeso y estar en la cama y quieres que lea..."
Volteando y con el dedo en alto sentenció "No hay mal que por bien no venga".

jueves, 2 de julio de 2009

A votar espinas

La única que se mantenía seria era la abuela, todos nos reíamos y es que ver al abuelo con unos tragos de más era un anécdota gracioso. Dicen que el alcohol libera a las personas, en el caso de mi abuelo sacaba lo mejor de él. Se convertía en un tipo por demás bromista, bailarín, se ponía a hacer bromas con todo el mundo y a tomarle el pelo hasta a la suegra.
Contaba historias 8las mismas de siempre) con algo que las hacía especial, exagerando hasta la demencia algunas actitudes o frases de los actores, casi siempre todos ellos familiares que estaban allí presentes, quienes se reían de si mismos, era un clásico las imitaciones del bisabuelo y de los compadres, de algún peón o algún sobrino algo más lento que el resto.
Pero cada vez que se acercaba a la abuela, su mirada lo hacía huir y más cuando la quería llenar de besos. "Vete a votar tus espinas donde comiste pescado" era la sentencia y claro, cuando lo veía alejarse con un nuevo anécdota en los labios, disimulada una sonrisa.

viernes, 26 de junio de 2009

La Gallina

"No me sale... no me sale... Odio las matemáticas, las odio, maldito sea el que inventó las matemáticas." Todavía recuerdo las maldiciones y el amargo sabor de boca cuando sentía de niño con esa cólera de las primeras experiencias de la frustración ante un curso que se mostraba tormentoso y que no merecía las lágrimas que caían por mi rostro.
"Maldito sea el bodeguero y sus 18 cajas de aceita con no se cuantas botellas de litro por caja, sime llegan a preguntar cuantas cucharadas de aceita hay por caja juro por Dios que quemo todo el mercado."
En eso la abuela que escuchaba pasientemente mientras cocinaba, pone sobre la mesa, que era mesa de trabajo, de cocina, de comedor, de centro de reunión familiar, de juegos, en fin de todo, un puñado de granos de maiz "Cuenta, que de a uno come la gallina y se llena."